Sólo otra canción pop de moda

Es como volver a los 15, cuando uno era, todavía, inquilino de la ingenuidad y cualquier evento con luces brillantes lograba deslumbrarnos y disparar nuestro asombro. Es como cuando todo estaba rodeado de un cierto halo de novedad que se colaba en nuestros sentidos y nos proyectaba hacia las más fantásticas conclusiones o hipótesis. Como recordar aquella primera caricia que precedía el encuentro de la piel. Como aquella canción pop, bastante tonta y bastante torpe en su constitución, que nos hipnotizaba y nos convencía de una calidad irrefutable…

Pero pasa el tiempo y por una razón u otra, uno vuelve a esos lugares que antes guardaban un sabor único, para darse cuenta de que  las maravillosas luces son sólo una serie de bombillos comunes y corrientes, que la novedad era el único encanto, que las caricias que han seguido a esa primera cuentan con un valor especial ya que, a pesar de no ser la primera, guardan en su dermis un significado que avasalla a la novedad. Como volver a escuchar esa canción tonta y verla como lo que realmente es : una tonta canción. 

Mi vida con las mujeres es igual. Como bien decía Beigbeder: cuando conozco a una chica quiero besarla, y todo es parte de una complicada arquitectura de la infatuación en donde cada mirada corresponde a un paso de un plan calculado en el que uno pierde hasta la camisa. Cuando beso a la chica quiero acostarme con ella, y el día entero es una incubadora de oníricas humedades bañadas en la tenue luz de una tarde que no existe ni existirá. Cuando me acuesto con la chica quiero vivir con ella, y las arquitecturas de la infatuación se concretan en vigas , hormigón y una cotidianeidad que no corresponde a ninguno de los sueños. Cuando vivo con ella quiero casarme, y uno se muestra dispuesto al compromiso. Cuando me caso, conozco a otra chica, y simplemente conozco a alguien más.

Ella es ahora esa canción pop que viene de mi adolescencia, esa tonada que parecía de sirena y termina desentonando en la última nota. Sus desplantes ya no me parecen de una ternura encarnizada, ahora, simplemente me dan una tremenda pereza. Sus juegos de seducción ahora me parecen torpes y cansados. La dulzura que antes encontraba en sus ojos parece rehuir y extinguirse con cada uno de nuestros encuentros. Todavía quiero acostarme con ella, es cierto, pero como un mero acto de retribución a mis atenciones, como el mero impulso de una piel que no ha visto gota alguna de sudor en un buen tiempo.

Me pregunto si aquella chica, no la del párrafo anterior, la que parece sonar a canciones de Bowie y The Cure, la que parece andar con tonadas de los Kinks algún día conservará esa magia de una primera vez y ese encanto de la rutina. 

3 respuestas to “Sólo otra canción pop de moda”

  1. me haces pensar cuantas veces uno ha dejado de ser LA chica, y tu teléfono deja de sonar 😦

  2. johnimonlydancing Says:

    Mi querida Ana, no puedo pensar en nadie que te haya dejado de ver como LA chica, y si lo hicieron pues que brutos y demos gracias a Ernesto (EL (tu) chico) que esta contigo. En fin, juro que no fue un desencanto gratuito, fue percatarse de ciertas cosas que la infatuación no nos permite ver…la verdad a mi tampoco me hace muy feliz

  3. Ana Mallon Says:

    pobrecito… tenemos que vernos esta semana para darnos un upday…
    besitos

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